Playa Blanca en Santa Marta renueva su «Bandera Azul»

Por segundo año consecutivo, Playa Blanca en Santa Marta ha sido honrada con la prestigiosa certificación Bandera Azul, otorgada por la Fundación para la Educación Ambiental. Este reconocimiento destaca el compromiso y cumplimiento de estándares de calidad en áreas cruciales como seguridad, calidad del agua, educación ambiental y servicios esenciales.

El logro, resultado del esfuerzo conjunto de empresas privadas y trabajadores turísticos, resalta el compromiso diario para fortalecer y modernizar el turismo en la región. La certificación contribuye significativamente a consolidar a la capital del Magdalena como un destino atractivo para el turismo nacional.

Un Destino Respetuoso y Atractivo

La certificación de Bandera Azul no solo posiciona a Playa Blanca como un destino respetuoso con el medio ambiente, sino que también lo presenta como una oportunidad para mejorar la prestación de servicios turísticos y la implementación de medidas que garanticen la seguridad y el bienestar de los visitantes.

Desde 1987, la Fundación para la Educación Ambiental (FEE) ha otorgado esta eco-etiqueta a destinos que cumplen con criterios ambientales que abarcan desde la calidad del agua hasta la educación ambiental. Playa Blanca, al recibir este título por primera vez en noviembre de 2022, se comprometió a mantener los estándares requeridos, consolidándose como un referente de turismo sostenible en la región.

Compromiso Continuo con la Sostenibilidad

El compromiso con la sostenibilidad va más allá de los galardones y se traduce en acciones concretas para preservar la calidad ambiental de Playa Blanca. Restricciones como la prohibición del ingreso y consumo de alimentos en la playa, la delimitación de zonas de baño y la restricción de residuos sólidos son medidas clave.

Además, desde el Distrito se implementan acciones como cierres para oxigenación y limpieza, toma de muestras de calidad de agua y controles estrictos, garantizando la protección y disfrute sostenible del entorno. Playa Blanca se erige así como un ejemplo de cómo el turismo puede coexistir armoniosamente con la preservación ambiental.

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