En Cartagena de Indias, desalojan Café del Mar en el Baluarte de Santo Domingo

En la madrugada del martes 03 de septiembre, culminó el operativo de desalojo del restaurante bar Café del Mar, ubicado en el baluarte de Santo Domingo en Cartagena. La acción se realizó en cumplimiento de una sentencia del Consejo de Estado, que busca proteger los derechos colectivos al patrimonio público y cultural de la Nación. El proceso fue ejecutado por la Oficina de Espacio Público y la Secretaría del Interior, tras un largo conflicto legal por la ocupación del espacio histórico.

El desalojo se originó tras la orden de la Sección Tercera del Consejo de Estado, que determinó la terminación y liquidación del contrato de arrendamiento con Café del Mar. La sentencia expuso que el contrato violaba el uso del bien de interés cultural, ya que el baluarte, como espacio público, no debía ser explotado comercialmente de forma exclusiva.

Impacto Económico y Legal del Caso

El Consejo de Estado también criticó el precio de arrendamiento que se cobraba por el baluarte, calificándolo como irrisorio. El valor comercial del bien fue estimado en $29.200.800.000, lo que debía generar un alquiler de $150 millones mensuales, mientras que Café del Mar pagaba tan solo $13.952.031. Esta diferencia en los valores llevó a que el tribunal considerara vulnerados los derechos colectivos, como el goce del espacio público y la moralidad administrativa.

A lo largo de los años, la Escuela Taller Cartagena de Indias intentó recuperar el espacio, pero sin éxito. Finalmente, el pasado 26 de febrero, la entidad terminó unilateralmente el contrato, dando paso a la planificación del operativo de desalojo, que se ejecutó ayer.

Nuevas Propuestas para el Uso Público del Baluarte

Tras el desalojo, el alcalde Dumek Turbay anunció que el baluarte se convertirá en el mirador más bello de Cartagena, abierto de forma gratuita para todos los ciudadanos. El alcalde destacó que el espacio será similar al Parque Espíritu del Manglar, con áreas de uso público y sin la intervención de privados.

El plan incluye la apertura del baluarte como un lugar de contemplación y disfrute, preservando su valor cultural y evitando su comercialización exclusiva. El objetivo es hacer del baluarte de Santo Domingo un espacio icónico de la ciudad, accesible y lleno de vida para los cartageneros y turistas.