Una devastadora inundación en la playa de La Candelaria, entre Salamina y Guaimaro, dejó a unas 150 familias damnificadas y en una situación de extrema necesidad. La ruptura de 30 metros en el río Magdalena sumergió por completo a la comunidad, causando cuantiosos daños materiales y pérdidas económicas millonarias.
El alcalde de Salamina, Edwin Pabón Charris, lanzó un llamado urgente al Gobierno Departamental y Nacional para que brinden asistencia humanitaria inmediata y apoyo económico sustancial a las familias afectadas, que han perdido sus viviendas, cultivos y medios de vida.
La arremetida del agua, desencadenada por las intensas lluvias recientes, provocó pérdidas millonarias, afectando extensas hectáreas de cultivos de yuca, maíz y otros productos agrícolas vitales para la economía local. Los pequeños campesinos se encuentran endeudados y sin recursos suficientes para recuperarse por sí solos, enfrentando una incierta perspectiva de futuro.
El alcalde Pabón enfatizó la necesidad de no solo reconstruir las viviendas y la infraestructura dañada, sino también de restablecer los medios de vida de las familias afectadas para permitirles recuperarse y reconstruir sus comunidades.